miércoles, 6 de octubre de 2010

Galahad, el guerrero gris

Según M, el poema, o su materia prima, atraviesa dos movimientos antes de volcarse al papel. El primero, ad intra del poeta, es el de ascenso: el poeta concibe su obra internamente: toma contacto con poema abstracto, puro en su contenido y libre en sus formas (o tal vez libre en su contenido y puro en sus formas).
El segundo deber del poeta, ad extra, es el ejercicio de las letras: el descenso, a las formas finitas de lo terrenal. Es deber del poeta tanto ceñirse a lo impoluto, en un intento fallido desde su concepción, como el de aceptación de las rígidas leyes que el lenguaje impone, producto esta de aquella.

Para B, la del poeta es una tarea que reside menos en la poesía en sí, que en la creación de razones para que su obra sea admirable. Acto interno este, logrará solo modificar al poeta, en una suerte de gesta interna: tan atormentada como insignificante.