martes, 15 de junio de 2010

escritura automática

Jazz en Egipto. Las nubes violetas bostezan. Toda la saliva de las trompetas, y toda la sangre, entra en el Río Nilo, que desborda agua espesa, gorda.
Los poemas podridos, oxidados, como fantasmas.
Todos los viejos del mundo bailan. Todos los viejos bailan la historia. Y la historia baila en los viejos, en las manchas hepáticas, las arrugas, la tos. La tos que sopla en las trompetas, los trombones, los clarinetes, que, dándose valor, entran a la ciudad. ¡La invaden! Clarinetes y poetas conquistan la ciudad. Violan a las mujeres, esclavizan a los hombres, matan a los niños. En poco tiempo, pirámides de cráneos, y pirámides de basura en las puertas de la ciudad.
Oda a lo que no entiendo, lo que no puedo explicar. Lo que me maravilla.
Que es inmenso, y cada día se multiplica.
Oda a los poemas toscos, eyaculados.

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